Todos conocemos los beneficios físicos del deporte para niños y adultos, pero ¿alguna vez habéis pensado que entrenar ayuda al niño a desarrollar otras funciones emocionales?
Desarrollo emocional y conocimiento de valores
Cuando el niño practica deportes en grupo como el fútbol, aprende el compañerismo, la responsabilidad o el trabajo en equipo. Unos valores fundamentales para la vida.
En esta línea de compañerismo, este deporte que empieza con un juego, ayuda a los más pequeños a sociabilizarse. Si tu hijo es tímido, formar parte de un equipo en el que él también es imprescindible, puede ayudarle a abrirse, a conocer niños y niñas o, por qué no, a encontrar su vocación.
Todo ello en un entorno de disciplina, porque el fútbol es eso: reglas, normas, respeto al oponente y apoyo entre los miembros del equipo.
Mejora de la capacidad cardiovascular y la coordinación
El fútbol es un deporte en el que los niños y adolescentes mejoran el equilibrio, fuerza, motricidad, velocidad, potencia…
Todo ello dentro de un desarrollo de la agilidad mental debido a las estrategias y el juego que debe ser rápido y lógico.